En la charla comparte su visión sobre la necesidad de reformar el sistema de salud y analiza la evolución de su empresa, Caedot, como actor en este proceso.
Juan Corbalán, destacado por su labor en el sector de la salud, tanto desde su rol empresarial como sindical, hoy lidera la empresa Caedot, dedicada a ofrecer cuidados domiciliarios y a la administración del sanatorio Garibaldi. Previamente conocido como Sanatorio 3 de CASMU.
Su enfoque no solo destaca por el compromiso con la calidad y la eficiencia en la atención, sino también por su esfuerzo en contribuir a la implementación de la Ley 19.529, que regula la atención de salud mental en Uruguay.
El director de Caedot sostiene una perspectiva crítica sobre el sistema de salud uruguayo, enfocándose en cómo este trata la salud mental. «Lo primero que tenemos que reconocer es que hemos fracasado como sociedad en resolver este tema», afirma tajantemente. Para él, aunque la Ley 19.529 ha sido un paso en la dirección correcta, aún falta mucho para su implementación completa.
«Hablar de salud mental no basta», insiste, ya que no ve una política clara que articule cómo avanzar en la atención de este tipo de patologías.
Uno de los puntos que más le preocupa es cómo el sistema actual no aborda adecuadamente la salud mental de los profesionales de la salud. «¿Quién cuida a los que cuidan?», se pregunta, refiriéndose a médicos y enfermeros que enfrentan altos niveles de estrés muchas veces sin el respaldo adecuado.
Este enfoque también revela una falencia estructural: la salud mental se percibe como un problema aislado, cuando en realidad debería estar integrada de manera más sólida dentro del sistema general de salud.
Corbalán resalta la necesidad de un cambio cultural, tanto en el sistema como en la sociedad en su conjunto, para evitar la discriminación hacia quienes padecen enfermedades mentales.
«Hay fallas en la capacitación, en la formación, y en la propia sociedad», señala, pero enfatiza que su empresa, Caedot, trabaja para romper con esos prejuicios, implementando procesos de calidad que aseguren un trato digno y eficiente a todos los pacientes, independientemente de su patología.
El empresario también se refiere a los desafíos que enfrenta el sistema uruguayo en cumplir con los plazos de la Ley de Salud Mental. La norma obliga a un cambio en la forma de atención, eliminando los antiguos manicomios y promoviendo la integración de los pacientes psiquiátricos en centros de salud general.
«¿Vamos a cerrar el Hospital Vilardebó como dice la ley? Evidentemente no, porque no hay nada preparado para asegurar que la solución pase por ahí», advierte.
Desde su perspectiva, la falta de infraestructura adecuada y la falta de coordinación entre el sector público y privado son obstáculos que deben afrontarse para lograr una implementación exitosa.
Juan Corbalán, menciona su propio trabajo en el sanatorio Garibaldi como un ejemplo de integración: «Atendemos a pacientes psiquiátricos junto con pacientes médicos y no recibimos quejas. No hay una discriminación. La clave es gestionar de manera que todos los pacientes sean tratados con respeto».
Aunque reconoce que este es un modelo pequeño y que todavía queda mucho por hacer. Su experiencia lo lleva a pensar que una mejor organización entre los distintos actores del sistema es posible.
El sistema de salud uruguayo en crisis
Además de los problemas específicos de la salud mental, Corbalán ofrece un análisis más amplio del sistema de salud uruguayo, al que considera «sobredimensionado» y con serios problemas de productividad y eficiencia. «La salud es cara, pero no solo por los costos médicos o tecnológicos. El sistema está enfermo», afirma, sugiriendo que las corporaciones y empresas involucradas en el sector han dejado de lado la eficiencia en la gestión.
Para Corbalán, es fundamental que los actores del sistema –tanto públicos como privados– se sienten a repensar su funcionamiento. Señala que muchas veces las discusiones se centran en problemas inmediatos, como la lista de espera o el costo de los medicamentos, sin abordar los problemas de fondo. «Todos los actores deben tener una mirada autocrítica», afirma. Cree que la discusión sobre la productividad y la calidad del sistema debe ser prioritaria y que se necesita un enfoque integral para resolver los problemas estructurales.
Caedot: Un modelo de gestión diferente
En la parte final de la entrevista, Corbalán reflexiona sobre la evolución de Caedot, la empresa que lidera. Nacida como una cooperativa de trabajadores en CASMU hace más de 12 años, Caedot se ha consolidado como una empresa enfocada en ofrecer servicios de salud, principalmente a domicilio.
«Nosotros nacimos para cubrir necesidades que otros no podían cubrir», recuerda.
La esencia de la empresa ha sido siempre aprovechar oportunidades donde otros no ven posibilidades y ofrecer servicios que se adaptan a las necesidades de las personas.
Uno de los aspectos que más destaca de Caedot es su compromiso con la calidad. «Nosotros apostamos fuerte por la calidad de los servicios», refiriéndose a la certificación de procesos bajo la norma UNIT y al trabajo en equipo con profesionales altamente capacitados.
Esto no solo les ha permitido expandirse y consolidarse como empresa, sino también ofrecer un servicio eficiente y humano, algo que, según Corbalán, es esencial en la atención de los pacientes.
Asegura que “el éxito de Caedot radica en su capacidad de escuchar a los trabajadores y a los usuarios”. La gestión ha sido clave para mantener el control sobre la calidad de los servicios y asegurar que las necesidades de los pacientes se cubran de manera efectiva.
«No podemos renunciar a nuestros principios de transparencia y ética», concluye.
El empresario invita a reflexionar, a repensar el sistema de salud uruguayo en su totalidad, incluyendo la salud mental como parte fundamental. A su juicio, sólo a través de una discusión seria y comprometida entre todos los actores será posible encontrar soluciones a los problemas actuales y garantizar una atención de calidad para todos.